Silencio, moto eléctrica

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Una moto eléctrica. En eso están un grupo de emprendedores liderados por dos leoneses, los bercianos José Antonio Domínguez y Eduardo Álvarez Núñez. Un prototipo único. Un vehículo de doble uso, de ciudad y campo, que se recarga conectado a la red eléctrica.

Es lo último en innovación y tecnología eléctrica aplicada al transporte. Una moto completamente silenciosa, de bajo consumo y respetuosa con el medio ambiente. Como exigen los tiempos.

El proyecto ha recibido una inyección económica de la Junta para impulsar 24 proyectos de innovación en la Comunidad. El de la empresa Enriding de Ponferrada es uno de los seleccionados.

La moto, urbana para diario y lúdica para los fines de semana, puramente eléctrica, biplaza, de elevada autonomía, con potencia y cómoda, está montada y lista para su comercialización. Los cuatro socios embarcados en esta aventura la pondrán a prueba en marzo en la Feria de Barcelona. Comercialmente hablando, porque en carretera y monte las pruebas las ha paso con nota.

La calificación se la ha puesto José Antonio Domínguez, que para algo es profesor de tecnología electrónica en la Universidad de Valladolid y presidente de la asociación Lacecal, fundada en 1991 para la mejora de la capacidad técnica y los recursos tecnológicos de la Comunidad. Al frente, este leonés apasionado de las motos y los motores eléctricos.

De Barcelona irán a Munich y Milán. Será la prueba definitiva. La patria de los ‘motorinos’, pequeñas, ágiles y ruidosas, que han colonizado las calles romanas, será decisiva para saber si la aventura de la moto eléctrica acaba en punto muerto. Allí justo, en uno de los países que más aman el ruido de las motos será la reválida de este vehículo silencioso.

De momento, los 320.000 euros que la Junta les ha concedido para el prototipo y fabricación de las primeras motos, así como los 40.000 euros a fondo perdido están inmovilizados. Porque Domínguez, Álvarez Núñez y sus otros dos socios, Pablo Gutiérrez y Víctor Romero, confían tanto en su proyecto que han optado por buscar inversores para una idea innovadora que marcha sobre ruedas.

Porque hay coches eléctricos y furgonetas pero apenas cuatro empresas en todos el mundo —una en Estados Unidos, otra en Suiza, una más en Barcelona, la empresa leonesa— que estén investigando en motores eléctricos para motos. Ninguna lo hace un modelo mixto de ciudad y campo, son motos ciudad-carretera.

La moto eléctrica leonesa se recarga en cualquier puesto eléctrico de centros comerciales, gasolineras con toma de corriente para este tipo de vehículos y, obviamente, en la casa del propietario. En tres horas y media de carga está lista. Tiene una autonomía de 85 kilómetros si se circula a 70 kilómetros hora, aunque la velocidad punta del vehículo es 115 kilómetros por hora. Pesa 125 kilos y es capaz de competir con la motos del segmento de 350 cc. Valdrá 6.600 euros.

Domínguez trabaja ya en el diseño de un generador auxiliar de gasolina que impedirá que la moto deje tirado al piloto si se le acaba la batería. Suficiente como para llegar al punto de recarga eléctrico más próximo o regresar a casa.

Es silenciosa, tiene una gran aceleración, un peso contenido, es urbana y todo terreno, no tienen embrague ni cambio de marcha, fácil de manejar, de bajo consumo, silenciosa y respetuosa con el medio ambiente. «Sólo hay que preocuparse de conducir», resume Domínguez.