Vehículo de Energías Alternativas de Castilla y León
Depende de la capacidad de las baterías y el tipo de conducción pero gracias a los avances tecnológicos se ha pasado de ofrecer autonomías de 80 km., con las tradicionales baterías de plomo-gel, hasta los 200 km. que ofrecen algunos modelos actuales equipados con baterías de Iones de Litio.
Con un consumo medio de 15 kWh/100 km. con recarga nocturna (0,10€/kWh), el coste sería de 1,5 €/100 km. Un coche de gasolina utilitario, consume unos 8 litros/100 km, en ciclo urbano, con un coste equivalente a 8 €/100 km. Además de este ahorro de combustible, los coches eléctricos tienen un importante ahorro en mantenimiento (no hay aceites, lubricantes, ...), escaso desgaste de frenos, ausencia de transmisiones mecánicas, etc.
Además del ahorro en combustible, el gasto en mantenimiento es mucho menor (no hay aceites ni lubricantes, escaso desgaste de frenos, ausencia de transmisiones mecánicas, etc.). Y, por supuesto, el ahorro en emisiones a la atmósfera de CO2 y partículas.
Es una unidad de medida de energía. Es la energía consumida por un aparato de 1000 vatios de potencia durante una hora. El coste anual medio de esta cantidad de energía es más o menos de unos 11 céntimos de euro.
Se considera «punto de recarga» la plaza específica de estacionamiento de vehículos eléctricos destinada a la recarga de sus baterías y dotada del correspondiente sistema de conexión del vehículo a la red para la realización y gestión de su carga.
Considerando que más del 80% de los trayectos urbanos son inferiores a los 30 km., se podría decir que un vehículo con 200 km. de autonomía, se debería cargar cada 6-7 días.
Las nuevas baterías de iones de litio disponen de una vida útil de hasta 3.000 ciclos de recarga sin perder prestaciones. Esto supone, con el ejemplo anterior, entre 18.000 y 21.000 días de uso, es decir más que la vida de cualquier vehículo.
A partir de un enchufe doméstico (230 V; 16 A), las baterías de un coche tardan en cargarse entre 6 y 8 horas. La posibilidad de utilizar un cargador trifásico (400 V; más de 23 A) reduciría la recarga a 20-30 minutos, pero sin hacer una carga completa (70%-80%)
Los motores eléctricos pueden actuar como generadores. Durante el frenado regenerativo, el motor eléctrico puede tomar la energía cinética de las ruedas frenando el vehículo y, dependiendo de las condiciones de tráfico y de la topografía de la ruta, la energía recuperada es del orden del 10% respecto a la total que teóricamente se podría recuperar.
Una carga de tipo conductiva es un sistema de carga donde la transferencia de corriente eléctrica se realiza a través de pistas conductivas como cables y enchufes.
Una carga inductiva es un sistema de carga donde la transferencia de la corriente eléctrica se realiza a través de sistemas electromagnéticos, sin ningún tipo de contacto conductivo.
Una carga semi-rápida emplea potencias del orden de 7 a 10 kW y permite cargar el vehículo entre 2 a 3 veces más rápido de lo normal. Se necesita una acometida eléctrica adecuada pero que a menudo (32 A monofásico o 16 A trifásico) se puede conseguir con algunas adaptaciones de las actuales redes eléctricas.
Una carga rápida emplea grandes potencias (20 kW o más) para cargar las baterías hasta un 80% de su capacidad en 30 minutos. La correspondiente infraestructura y la conexión eléctrica son más complejas.